Es nuestro templo gastronómico, donde muchos barceloneses seguimos haciendo la compra a pesar del turismo. Bajo su estructura metálica histórica se despliega un festín para los sentidos: puestos de frutas exóticas formando montañas multicolores, pescaderías con el producto fresco recién llegado del Mediterráneo, charcuterías con jamones ibéricos colgando del techo, y bares donde puedes desayunar, almorzar o picar algo entre horas. Los mejores cocineros de la ciudad vienen aquí cada mañana a seleccionar sus ingredientes. 🍎🐟🥩🥘🍷 Dato histórico: Cuando era niño, mi abuela me contaba que ya sus padres compraban en este mercado, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Comenzó como un mercado ambulante de carne frente a las antiguas puertas de la ciudad amurallada, y el edificio actual con su entrada modernista se completó en 1914.